sábado, 17 de enero de 2015

LA VISUALIZACION Por Iris Delia


Podemos usarla para sanar nuestro pasado, es decir reconciliarnos con aquellas personas y situaciones que nos dañaron en el pasado, que les guardamos rencor inconsciente, y nos mantiene atados al pasado. Esto se hace a través de un proceso llamado “Otorgar el Perdón”. Y consiste en Visualizar a la persona o incluso la situación que nos daño y Decirle mentalmente algo como: “Te perdono por el daño que me causaste, yo se perfectamente que no fue tu intención consciente, el hacerme daño, te perdono y con esto te libero y te dejo ir”. La Visualización debe tener todos los elementos posibles, como lo son los colores, los olores, las texturas, la temperatura, y las sensaciones, debe ser los mas nítida posible, y lo mas importante; el perdón otorgado debe ser completamente sincero. Porque cuando perdonamos sinceramente nos sanamos a nosotros mismos. Porque al perdonar, nos liberamos de eso que nos ataba al Pasado y así podemos vivir plenamente el Presente y Crear conscientemente nuestro Futuro.

APRENDER A VIVIR A PESAR DE LAS ESPINAS (Por Yamila)


¿Qué cómo aprendí a vivir y cuándo aprendí a querer?… ¿Qué cómo aprendí a sufrir?…. ¿Cuándo?… ¿cómo?… no lo sé. Aprendí a mirar las estrellas, alumbrando los sueños con ellas. A mirar los colores del viento y a sentir el sabor del silencio. Aprendí a encender ilusiones y a escuchar hablar los corazones, con palabras calladas, con matices de mil sensaciones. Cuando un día, el dolor tomó mi mano, conocí de frente a la tristeza, la pena y el llanto se marcharon, al sentir el amor y su grandeza. La soledad, querida compañera, la que con tanto miedo rechazaba, me mostró la paz y la armonía de los momentos que con ella estaba. Comprendí, el sentido de la vida, viviendo el amor y la desdicha, sintiendo la alegría y la tristeza, conociendo lo breve de la vida. Aprendí el valor de la paciencia, a calmar los vientos de mi ira, a llenar con mares de esperanza las zonas más oscuras de mi vida. Es así, que aprendí a vivir. Por todo ello… aprende a vivir sin espinas ¡No empieces el día de hoy con las espinas de ayer! El día de ayer y todos los días y años anteriores han pasado ya, están enterrados en el Tiempo. Y no puedes cambiar ya nada en ellos. ¿Te han quedado espinas? ¡No las traigas arrastrando! Porque seguirán pinchándote cada día hasta no dejarte vivir. Hay espinas que puedes sacudirte echándoselas en las manos a Dios. Hay heridas de espinas que puedes curar si sabes perdonar de veras. Pero hay heridas que no podrás curar con todo el amor de este mundo. ¡Pues, olvídate de que existen! ¡Quita el cristal de aumento que pones encima de tus desdichas! Muévete, grita, llora, respira profundo y trata de ser feliz! De cada espina que hemos tenido a lo largo de nuestras vidas hemos podido tener la capacidad de tener experiencia, y luego mas adelante poder tomar mejores disiciones… lo comparto con mucho amor deseando que esas espinas no se queden ahi, sino que asi como se han enterrado podamos sacarlas…

SUPERA TUS MIEDOS (Por Yamila)


¿Cuántas veces has dejado de hacer algo porque tenias miedo? Miedo a fracasar, a cometer un error, a no ser lo suficientemente buena… Todas tenemos miedos que nos afectan de distinta manera, y lo peor que puedes hacer es dejar que te paralicen. Lo que necesitamos no es necesariamente eliminar nuestros miedos y temores sino aprender a salir adelante a pesar de ellos. Cómo vencer los miedos y temores: Si piensas que tienes que vencer tus miedos para animarte a hacer lo que te propones, que hasta que no desaparezcan no podrás ponerte en marcha, te equivocas. No es necesario que elimines tus miedos, sino que sigas adelante a pesar de ellos. ¿Y cómo? Siguiendo estos tres pasos: Identifica tu miedo.Cuanto más específica seas mejor podrás entenderlo, normalmente hacemos una montaña de un granito de arena porque no entendemos bien qué es exactamente lo que nos asusta. Los miedos más frecuentes son: miedo al fracaso, al éxito (a tener que sacrificar tu vida personal), a no estar a la altura, a la soledad, a los cambios… ¿Cuál es el tuyo? Racionaliza, analiza bien tu miedo. ¿Qué es lo peor que puede pasar? La mayoría de la gente tiene miedo a perderlo todo y, literalmente, a tener que vivir debajo de un puente, pero las probabilidades de que eso ocurra son mínimas. Así que responde a estas preguntas: a) ¿Qué es lo peor que te podría pasar? En la mayoría de los casos no es tan malo como te imaginabas b) ¿Qué posibilidades reales hay de que lo peor llegue a pasar? Y lo más importante: c) Si sucediera, ¿saldrías adelante? En este caso la respuesta es casi siempre un SÍ , y eso es lo que importa, que pase lo pase salgas adelante. Averigua qué puedes hacer para que te afecte menos. El objetivo aquí es conseguir que tu miedo te afecte lo menos posible, para que no te paralice y puedas seguir adelante con tus objetivos. Así que piensa qué podrías hacer para minimizarlo. Por ejemplo, si tienes miedo a quedarte sin dinero ahorra durante un tiempo hasta que puedas vivir al menos 6 meses sin ingresos. Si te asusta perder tu estilo de vida, haz una lista de las cosas que son verdaderamente importantes para ti y comprométete a mantenerlas pase lo que pase. ¿Qué más se te ocurre? Tener miedo no es de cobardes, sino de seres humanos. Todas las personas tenemos o hemos tenido miedo en algún momento de nuestra vida y eso incluye también a las más exitosas. Así que no subestimes tus capacidades sólo por eso y no dejes que te detenga. La clave no está en vencer al miedo sino en seguir adelante a pesar de él.

LA ESENCIA DEL PERDON Por Yamila de FuturoPR


¿Siempre hay que perdonar?¿Por qué perdonar a alguien que no merece recibir perdón? ¿Hay que perdonar? El perdón es algo que se debe ofrecer libre y voluntariamente, pero perdonar no sólo le hace bien a quien recibe el perdón, el perdón es especialmente bueno para quien es capaz de dejar atrás los rencores del pasado… Hace unos días escuchaba a alguien hablar acerca del perdón, según su opinión, no hay porqué perdonar a todas las personas que nos lastiman, ya que ello sólo representa una carga moral que nuestra sociedad nos ha autoimpuesto. Que esa necesidad de perdonar nos “lava el cerebro” y que, nosotras mismas, como dueñas de nuestros sentimientos, debemos ser libres de perdonar o no. Y es cierto, somos dueñas de nuestros sentimientos, por ende tenemos la capacidad de decidir con qué queremos quedarnos y con qué no. Lo que debemos preguntarnos es si nuestro corazón merece vivir oscurecido por el desgastante veneno del rencor, o podemos sanar nuestras heridasde una forma en que el tiempo nos ayude a madurar y crecer en la morada de la paz. No se trata de que seamos hippies trasnochadas y vivamos deseando paz y amor. Hay cosas que al marchitarse jamás vuelven a florecer, hay cosas que se rompen y jamás podremos, hay cosas que, por nuestro bienestar, es mejor dejarlas en el pasado… Tenemos el deber con nosotras mismas de permitirnos ser felices, pero lo más seguro es que no lo logremos si aún los sentimientos de tristeza, decepción, rencor y rabia perduran en nuestra alma. Hay una razón básica para perdonar: “el sentirme bien y vivir bien”. Si lo reflexionas por un momento, el acto de perdonar no se basa tanto en quitarle un peso de encima a quien nos lastima, porque ellas, sea como sea, seguirán viviendo o mal viviendo, su mundo no se acaba ahí. Más bien, el perdón es un acto que nos beneficia directamente a nosotras mismas, las que perdonamos: ya no tenemos rencores que llenen de obstáculos nuestro sendero, tenemos un corazón inmenso en donde sobra el amor y la sensatez y, como valor agregado, hemos empezado a manifestar que en nosotras hay un pedacito de ese don que en muchas escasea: sabiduría. Y esa sabiduría es la que nos posibilita otorgar –y otorgarnos- un perdón sincero, no un perdón en apariencias como suele suceder. Entonces, nos encontramos con personas que dicen “perdonar” de un día para otro, pero sus intensiones son simplemente las de usar al perdón como una herramienta de superioridad: “yo soy mejor que tú, por eso es que te perdono”, pero en realidad, estas personas no sólo intentan hacerle daño a quienes fueron sus agresores, esperando el momento perfecto para vengarse o clavar la puñalada traicionera, también intentan hacerse daño a sí mismas asumiendo una posición de víctima en la que es “legítimo” el deseo de vengarse. Pero esta no es la esencia del perdón… Perdonar es una experiencia tan sublime que lejos está de acercarse a los linderos de las apariencias, la traición, los moralismos o la venganza. El perdón suele adornarse de la tranquilidad del tiempo y de un corazón sosegado por la esperanza y la fe. Podemos perdonar desde la distancia e incluso podemos hacerlo sin que el o la otra se entere de ello. La decisión está en nosotras, total, somos dueñas de nuestros sentimientos, podemos elegir quedarnos en el árido desierto de las desventuras o crear nuestro propio oasis de sabiduría y amor, en el que seguro no extrañaremos el dolor que nos ocasionó alguien que decía amarnos.

AUTORESPETO Por Yamila de FuturoPR


Auto-respeto Cuando se tiene auto-respeto todo es diferente y mejor: Disfrutas más de la vida, los demás te respetan más, puedes tomar más y mejores decisiones, tener más apoyo, imponer límites, dejar de ser victima de las circunstancias, sentirte más libre, e incluso más amada. ¿Verdad que vendría bien tener un poco más de auto-respeto? ¡Hace maravillas! Según la Real Academia Española “respeto” deviene del latín “respectus” atención, consideración. Y encontramos varias acepciones para la palabra: 1. m. Veneración, acatamiento que se hace a alguien. 2. 2. m. Miramiento, consideración, deferencia. 3. 4. m. miedo (recelo) A partir de estas conceptualizaciones podemos inferir que respeto implica “considerar y apreciar al otro en su calidad de ser humano” pero ¿siempre es hacia afuera? ¿Podemos reivindicar a nuestro prójimo si no lo hemos hecho con nosotros mismo? ¿Cómo podríamos reconocer al otro en su humanidad si no sabemos quiénes somos? Me pregunto ¿cuántas veces en el año te detienes a reflexionar sobre quién eres, hacia dónde vas y para qué estás en esta vida? Muy existencialista tal vez; pero si no nos observamos difícilmente podremos transcender nuestros errores. El auto–respeto es un mundo que viene de la mano del auto-conocimiento y de la auto-estima; analizando la palabra implica “auto: uno mismo – respeto: miramiento, deferencia, consideración. ¿Y qué deferencia haces cuando postergas tus sentimientos, tus ideas, tus sueños, por la aprobación o el qué dirán? ¿Qué miramiento tienes cada vez que permites que la agresión de los demás lleve a tu centro? Auto-respeto significa “considerar mi existencia, darle valor a mi existencia, importancia, interés”, en otras palabras, darme un lugar en mi historia; dejar de vivir a la sombra de mi pareja o familia; brillar con luz propia, en un contexto de interdependencia, aceptando que soy un todo, con virtudes y defectos; y que eso no resta a cuantía a quién soy. * Cuando tengo “auto-respeto” fluyo en mi vida, disfrutando de todo lo que sucede; y comprendo que en la vida existirán situaciones que no son de mi agrado, pero que independientemente de eso existirán, entonces cuando surjan, tendré la oportunidad de elegir como querer sentirme frente a ellas, porque habré aprendido a desarrollar mi libertad personal. * Si tengo “auto-respeto” soy consciente de lo importante que es respetar a los demás; el respeto deja de ser un cliché y se convierte en una postura genuina y generadora de relaciones sanas y exitosas. No estaré esperando que los demás actúen según mis necesidades, entenderé cuando alguien opina diferente a mí; porque sabré que no siempre pensaré igual que ellos, incluyo de quienes amo. * Cuando tengo “auto-respeto” tengo a la mano la capacidad de elegir en todo momento; y por lo tanto tengo el poder de observar en todo algo positivo. Entendiendo como positivo “una ganancia”, aquello que la experiencia aporta a mi vida. Pues seré una eterna aprendiz. * Cuando tengo “auto-respeto” conozco mis limitaciones y sé pedir apoyo; puedo decir sin drama alguno “con esto sola no puedo” y recurro a otras personas para que juntos lleguemos al resultado deseado. * Cuando tengo “auto-respeto” sé establecer los límites esenciales para no desdibujar mi personalidad, y generar los espacios para mi intimidad. * Cuando tengo “auto-respeto” no me convierto en víctima de las circunstancias, no dejo de accionar por lo que sucede en el afuera. * El auto-respeto me convierte en una persona internamente libre y por lo tanto; no requiero poner en manos del azar o de otras personas mi satisfacción y mi felicidad; así puedo vivir plena y en equilibrio. Mi comunicación con el mundo será asertiva, pues no estaré proyectando mis temores o carencias. * A través de mi auto-respeto tendré la capacidad de dar espacios y conductas de amor espontáneas y reales a quienes me rodean, pues en mi auto-valoración puedo comprender la importancia de la existencia del otro.

LENGUAJE DE NUESTRO CUERPO Por Yamila de FuturoPR


Nos comunicamos más con nuestros gestos que con nuestras propias palabras. Damos tanta o más importancia al cómo nos dicen las cosas, que a las palabras en si. Por eso, si queremos estar seguras de que se entienda bien lo que queremos decir y ser convincentes,debemos saber ser expresivas con nuestro cuerpo, nuestros gestos y modos. Según las investigaciones en materia de Programación Neuro Lingüística (PNL) la comunicación es un círculo, lo que hace que las formas de comunicarnos influyan sobre nosotras y sobre las personas que nos rodean. De ahí que, se plantee que la comunicación tiene diversos efectos según la forma que se emplee. Cómo nos comunicamos: Lenguaje corporal: 55% Tono de voz: 38% La palabra: 7% ¿Pero qué es lo qué tiene el lenguaje corporal que no tienen las formas verbales de comunicación? ¿Qué es el lenguaje corporal? Aunque no hay definiciones exactas, podemos realizar una aproximación diciendo que este lenguaje hace referencia a unconjunto de gestos, acciones, posturas y contactos visuales que son ejercidos por nuestro cuerpo de forma consciente o inconsciente. Cuando lo vemos desde el punto de vista consciente, podemos hablar de acciones cotidianas como el hecho de acomodar nuestra postura ante una exigencia del medio y acariciar nuestro cabello con el fin de seducir a alguien. Sin embargo, lo que más nos interesa es el lenguaje corporal que se escapa desde nuestro inconsciente, ya que en este demostramos de forma fidedigna nuestros sentimientos y pensamientos. Un ejemplo perfecto, lo podemos encontrar en la serie televisiva estadounidense “Miénteme” (Lie to me), en donde un hombre llamado Cal Lighman, se especializa en leer expresiones corporales para convertirse en una especie de “detector de mentiras humano” que se dedica a colaborar con el FBI, la policía y particulares. El lenguaje corporal domina y aunque a veces nos esforcemos por no demostrar ciertos sentimientos, en la mayoría de oportunidades nuestro inconsciente nos “traiciona” y terminamos evidenciando nuestros secretos. Con las palabras das un no y con el cuerpo das un sí, con las palabras mientes y con el cuerpo adviertes a la otra persona de tu mentira, con las palabras escondes, con el cuerpo demuestras… El lenguaje corporal tiene un mayor impacto y tiene mayor grado de verdad, es la muestra de que nuestra mente está conectada con nuestro cuerpo y que, no es del todo cierta aquella frase que asevera que “el cuerpo es la cárcel del alma”, por el contrario, el cuerpo es una extensión de la misma, de ahí la importancia del contacto con otras personas sin tabúes, haciendo caso omiso a una cultura que nos encierra en una bola de cristal en la que cualquier caricia puede resultar sospechosa, en donde el acercamiento es sinónimo de enamoramiento y en donde los besos y los abrazos se dan por protocolo y no por iniciativas sinceras. A veces obviamos la importancia del contacto físico, pero lo que no podemos obviar es el hecho comunicativo de nuestra corporeidad. El solo evento de estar frente a otra persona es comunicación, su forma de vestir y de comportarse nos da pistas sobre su personalidad y visiones de mundo. Pero más allá de lo evidente, si somos observadoras podemos develar algunas situaciones que no nos dirían algo de forma consciente o explicita, podemos citar algunos ejemplos como: Cuando alguien te miente: evita mirarte a los ojos, se toca la nariz o esconde y mueve de forma exagerada sus manos. Cuando alguien es sincero:muestra la palma de sus manos, mira a los ojos y no cambia el tono de voz que usa. Cuando le gustas a alguien: te señala con una de sus extremidades. Por ejemplo, cuando una persona se sienta y cruza las piernas, sus rodillas apuntarán hacia ti. Otro ejemplo es la dilatación de las pupilas.Estas se abren y cierran dependiendo de la cantidad de luz que debe ingresar al ojo, cuando hay mucha luz se ponen chicas y cuando hay muy poca se agrandan. Pero si te encuentras en un lugar bien iluminado y el o la otra tiene las pupilas dilatadas… ¿qué puedes inferir? Cuando alguien quiere llamar la atención sobre una parte del cuerpo en específico, la señala sutilmente. Miren por ejemplo la manera en que los trabajadores sexuales se colocan por las esquinas: ponen sus manos más abajo de la cintura, formando una especie de triangulo con su área genital. No sólo hablamos con las palabras, también lo hacemos con el cuerpo. Si las palabras son el fruto del desarrollo de la racionalidad, el cuerpo es la expresión más cercana a los mandatos del alma. Hay cosas que no puedes decir y sólo pueden sentirse. Hablar con el cuerpo es una habilidad innata que hemos negado pero que nos determina, en nosotras está no seguir simplificando nuestra naturaleza y más bien asumirnos desde nuestra integralidad. Empezar por el cuerpo es una excelente y entretenida alternativa, qué tal si empiezas por hacerte interrogantes como: ¿Qué es lo próximo que dirá tu mirada? ¿Cuál es la nueva palabra que inventarán tus manos? ¿Qué sentimientos quieres proyectar con tu presencia?

LIMPIAR NUESTRO CORAZON (Por Yamila de FuturoPR)


La vida está llena de experiencias y vivencias, tanto positivas como negativas. En nuestro corazón se aloja todo cuanto vivimos con pasión, lo bueno y lo malo. A veces las cosas malas que nos han pasado ocupan demasiado sitio en nuestro corazón. Pero hay esperanza, pues al igual que en nuestros hogares, la limpieza y el orden es posible, y nuestro corazón también requiere de dicho cuidado. Si aprendemos a desechar lo malo podremos disfrutar al fin de cada día que vivimos… Hoy empecé limpiando mis papeles y notas, tirando las cosas que no me sirven pero que guardaba quién sabe porqué, cosas de las que me costaba deshacerme pese aparentemente no me aportaban nada. Finalmente me animé a tirarlas y pensando en ello me di cuenta que con nuestra mente y corazón nos ocurre lo mismo: Siempre estamos guardando muchas cosas en nuestro corazón, cosas como el daño que una vez nos hicieron, las veces que tuvimos que recoger los pedazos de nuestro corazón, motivos de lágrimas que mojaron nuestra almohada, noches de insomnio por no poder resolver tareas pendientes, y todo malos sentimientos que guardamos dentro de nosotras mismas… A lo largo de la vida acumulamos innumerables cosas innecesarias o que incluso llegan a ser perjudiciales para nosotras, cosas que no nos dejan ver la luz. Nuestra vida podría llegar a ser mejor si sacamos de ella esas cosas que acumulamos y sólo estorban. A muchas personas les pasa como si cada día algo malo les ocurriese, sufren una pérdida diaria, sienten que los días son grises, y es que no pueden ver más allá de los problemas que tienen porque ya están a tope con todo cuanto les sucede y ha sucedido, durante años han acumulado experiencias negativas, y ya no pueden ver más allá. En momentos así hay que saber detenerse y hacer un balance, empezar a valorar si realmente merece la pena seguir con cargando con esas cosas o si es mejor dejarlas a un lado, tirarlas, desecharlas y empezar de nuevo sin los rencores y frustraciones que no nos permiten seguir o mirar hacia adelante. Cuando tenemos un corazón limpio de buenos sentimientos hay espacio para poder llenarlo de nuevo de amor, de más comprensión y paciencia hacia nuestros seres que nos rodean. Debemos dejar las culpas a un lado si no queremos sentirnos tan miserables en la vida. Hoy mismo es un buen día para cambiar esas actitudes y dar un paso a la felicidad, porque no importa cual injustas puedan ser las cosas que tengamos que estar cargando, sí somos capaces de limpiarnos de las malas actitudes que hemos guardado. Cuando hemos acumulado porquerías en nuestro corazón, todo cuanto nos rodea se ve afectado por ello. Hemos alejado a nuestras amistades, nuestra pareja e incluso nos hemos alejado de Dios. Todo esto lo podemos recuperar, nuestras vidas pueden volver a tener sentido, pueden volver a tener luz… pero hemos de darles cabida a estas cosas, debemos limpiarnos para hacer lugar a las cosas buenas que la vida nos da. Los recuerdos siempre serán parte nuestra, pero hay que mirarlos como lo que son, simplemente “recuerdos”. Es bonito recordar, incluso llorar por las cosas que un día nos hicieron sonreír, se puede vivir con esos sentimientos que siempre ocuparan un espacio en un rincón de nuestro corazón , pero también estando muy claras que sólo son eso: recuerdos. Limpiemos nuestras heridas así como limpiamos nuestro hogar que siempre queremos que se vea limpio y ordenado. Si tienes un lugar en el que puedas estar tranquila escuchando suaves melodías que te den paz, un lugar en el que puedes estar en un silencio que sólo te pertenece a ti, ve a ese lugar y pasa ese tiempo personal contigo misma. Dedícate el tiempo que sea necesario, luego levántate y vuelve con una actitud buena y dispuesta a querer ver la vida a colores. Nuestro cuerpo es como nuestra casa, si la mantenemos en orden, incluyendo nuestros sentimientos, siempre quedará más espacio para llenarlo con lo mejor de nosotras, la amistad, la comprensión, paz, amor, y buenas intenciones. Sólo así lograremos un perfecto equilibrio en nuestra vida. Nunca es bueno guardar los malos sentimientos, sobretodo si te hacen daño, como los celos, la ambición, el egoísmo, las malas actitudes con tus seres amados… saca todo eso y tíralo, que todo quede limpio y dispuesto a recibir lo que Dios con tanto amor nos ha regalado. Entrega amor, compasión y perdón para que seas perdonada por tus faltas. Todas las personas somos imperfect@s, todas hemos cometido errores, pero no hay nada que no podamos superar si así lo deseamos. Por esa razón es muy bueno deshacernos de todo, que la maldad no haga su morada en nosotr@s. ¿No encuentras formas para recuperar tu corazón herido por el amor? Este es el más doloroso de los recuerdos que siempre tenemos con nosotr@s, sólo vívelo, nadie lo podrá hacer por ti, es un luto que llevará un tiempo, no es fácil querer tirar lo que tanto se amó, pero sí podemos tener ganas de volver a empezar de nuevo con nuestras vidas y con nuestro deseo de que la limpieza llegue también a nuestro interior, quizás un día no muy lejano estés preparada para volver a recibir lo que hoy encuentras imposible.